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NO RECICLAMOS POR VAGOS


El pasado 17 de mayo se conmemoró el día mundial del reciclaje, era un jueves y acababa de despertarme, me estaba tomando el café y siempre me gusta leer las noticias en ese momento. Yo soy una persona muy despistada y me olvido siempre de los cumpleaños y días señalados, pero gracias a una noticia que leí de Ecoembes, me enteré que era un día señalado desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Me interesé por la noticia, ya que hablaba del balance anual de la organización (adjunto el enlace):

Conforme más leía, más contento estaba, citaba en voz alta frases como:
  •           Se han reciclado en 2017 un 3,5% más de envases domésticos que en 2016.
  •           El 77% de los envases domésticos se reciclan, representando un cuarto de todo lo que se recicla en España.
  •           El reciclaje de envases evitó en 2017 la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

Estaba pletórico, eran buenas noticias para el medio ambiente, ya podía irme a trabajar sabiendo que estábamos haciendo las cosas bien…
Pero…, espera, voy por la calle y pienso que no es posible, que no es verdad, contenedores azules llenos de cartones alrededor, restos de cristales rotos cerca del contenedor amarillo, un colchón mojado en mitad de la acera,… Y pienso, ¿pero las cosas no estaban mejorando?¿no se había incrementado el reciclaje?, y me vino a la mente una frase que no recordaba haberla leído del mismo artículo:
“En España solo se recicla un 29,7% del total de residuos urbanos generados, una cifra de la que tira Ecoembes, ya que, a pesar de representar solo un 8% de estos residuos, aporta casi un cuarto del total con 1.399.582 toneladas recicladas”.



Es decir, que no reciclamos por vagos, o como decía mi abuelo, por perros con 4 erres. Ya me estaba cabreando, con la sonrisa que tenía en la cara…Y es verdad, yo, y tú, y el vecino, y todos, somos los principales causantes de mala gestión que tenemos en tema de residuos, y si no reciclamos, estamos provocando graves consecuencias tales como:
  1. Colapso de los vertederos, y si no disponemos de espacio, tenemos que ir a otro sitio, el cual nos cobrará una cantidad de dinero que se verá reflejada en nuestros impuestos. Sin mencionar la contaminación que provoca la basura en nuestros suelos.
  2. Muchos residuos que no han sido depositados en su contenedor correspondiente para su correcto tratamiento, terminan quemados, emitiendo gases contaminantes y perjudiciales para la salud. 
  3. Degradación de nuestro entorno natural y su ecosistema. ¿Os acordáis de la isla de plástico que hay en el Océano Pacífico? Pues puede llegar el día que a la playa no podamos ir a bañarnos.
  4. Disminución de los recursos. Por ejemplo, el papel puede desaparecer si no lo reciclamos y seguimos talando árboles.

La población sigue creciendo, y si no gestionamos bien los residuos que generamos, nuestras generaciones futuras no disfrutarán de este maravilloso mundo. Y dejar de decir las típicas excusas que esconden una gran dejadez:
ü  Es que en mi barrio no hay contenedores…
ü  No tengo espacio en la cocina para poner más de un cubo…
ü  Parezco un “cochino” con tantas botellas acumuladas en casa…
ü   No sé en qué contenedor va esto…

Hay que concienciarse y poner soluciones, aplicar la regla de las 3R (y no a la palabra perro) en nuestra vida cotidiana: reducir, reciclar y reutilizar. ¿Y esto que quiere decir? Te lo digo de forma sencilla:
  • Reducir: Consumir de forma eficiente y generar el mínimo desperdicio. Por ejemplo, estar seguro de comprar la cantidad de fruta que soy capaz de comer sin que se estropee y acabe en la basura.
  • Reutilizar: Antes de considerar un producto de consumo en un residuos, debemos preguntarnos si puede tener alguna utilidad más. Por ejemplo, una lata de refresco, utilizarla como un lapicero. En internet existen multitud de ideas para reutilizar:
https://www.recreoviral.com/curiosidades/trucos-para-reutilizar-las-viejas-cosas
  • Reciclar: Si ya no es útil, el residuo debe depositarse en el contenedor adecuado para que vuelva a ser utilizado. Por ejemplo, el cartón depositado en el contenedor azul se transforme de nuevo en un producto de consumo, y así, no cortar más árboles.

Por cierto, ¿sabrías decirme de qué color es el contenedor donde depositamos el vidrio para su reciclaje?, ¿no te acuerdas?, no pasa nada, en este enlace le puedes dar un repaso:



Tenemos que convencernos de que somos los causantes de todo este despilfarro de recursos y tenemos que solucionarlo, convencernos de este gran problema y tener la reacción de solucionarlo. De enseñar a los más pequeños, porque serán los gobernantes del mañana. Que las administraciones aporten los recursos que sean necesarios para la investigación y la lucha contra la contaminación. Que se potencie el sector económico y se creen puestos de trabajo. En definitiva, aprovechemos lo que nos da el planeta porque llegará el día que nos moriremos de hambre:


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